Escribo esto como
introducción a este blog para explicar a quien le importe o a quien
esté aburrido el por qué de haberme decidido a hacerlo.
Como cualquier persona
inteligente creo que mis opiniones son buenas opiniones y son
interesantes, y, sin embargo, aparte de en mi cuenta de twitter en su
momento, no he dedicado mucho tiempo a expresarlas. Esta decisión sí
la he tomado de un día para otro; no he estado semanas planeandolo
(aunque siempre había sentido inquietud por cosas relacionadas con
el tema) sino que ha surgido al volver a ver por enésima vez cierta
película y resultar que esto me impulsaría a querer escribir sobre ello y así
transmitirlo a quien se deje transmitir.
El cine es un arte que
considero socialmente en auge, quizá por la piratería o
por la profusión de redes sociales actual, y del cual casi nadie se
libra de disfrutar y comentar. Yo he sentido esto desde temprana edad
y lógicamente no me refiero a mi infancia cuando veía las mismas
películas que todos, sino ya con cierto desarrollo (rondaría yo los
13 años cuando comencé a considerarme cinéfila, aunque ese término
no lo utilizásemos) y conciencia. Mi absentismo de las actividades
de mis compañeros propició que pudiera dedicarme a esta clase de
hobbys durante prácticamente todo mi tiempo libre, y a poder
extender mi dedicación durante varios años más hasta que
inevitablemente me vi absorbida, como todos, por el mundo social.
Con quince años, en
cuanto tuvimos un trabajo en la escuela cuya temática era totalmente
libre, realicé mis primeras (y únicas hasta ahora) críticas por
escrito, aunque no eran puramente cinematográficas sino que se
trataban de comparaciones y críticas de las adaptaciones
cinematográficas de varios libros. Eran maneras de desahogar y
plasmar ese 'amor por el cine', actividad que sólo podía hacer en
casa con mis padres.
Ahora mismo, en cambio,
todo el mundo habla de cine, con mayores o menores tecnicismos y
conocimiento, y cada vez más personas se interesan por ver películas
más allá de las grandes producciones (o eso parece). No significa
que las grandes producciones no sean buenas (las hay geniales) sino
que el interés por el cine debería llevarnos más allá; más allá
del dinero, de la publicidad, de los actores, del país, del género,
de los recursos, etc. Estar abiertos y apreciar, cuando sea adecuado,
los puntos fuertes de la película que estés viendo, porque aunque
la trama no te guste es posible y probable que haya otros aspectos
que sí podamos apreciar.
En fin, que como el
trabajo de crítico en periódicos y revistas me parece inalcanzable,
aquí estoy.
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