Estrenada
en 2003, es una película de historias cruzadas, protagonizada por
Naomi Watts, Benicio del Toro y Sean Penn, y ante todo impactante y
emotiva. Como siempre sobresale la manera en la que está grabada,
pero son las interpretaciones y el realismo con el que muestran la
profundidad de los personajes los que se llevan el premio.
Pertenece
a su Trilogía de la Muerte,
colección que comienza con Amores Perros,
sigue con 21 Gramos y
culmina con Babel.
-El tipo de historia: siempre son varios personajes unidos por un
nexo causal en la película; un hecho que hace que sus vidas se
crucen e interaccionen de una manera u otra. De esta manera podemos
ver tanto cómo se afectan los unos a los otros como lo más profundo
de la personalidad y los sentimientos de los personajes.
-El formato: están montadas a base de escenas intercaladas y de esta
manera se va siguiendo la historia o adivinando lo que ha ocurrido.
En especial en esta película las escenas saltan tanto de personaje
en personaje como de atrás hacia delante en el tiempo. Esto supone
para el espectador desconcierto la primera vez que se ve la película,
pero hace que vayamos uniendo en nuestra cabeza los sucesos y así
adivinando lo que ha ocurrido.
A mi parecer es 21 Gramos la más perfecta de ellas, ya que los tres
personajes interaccionan hasta un nivel de profundidad al que las
otras dos no llegan, y además porque las interpretaciones son más
que sobresalientes (lo cual no significa que me olvide de Gael García
Bernal en Amores Perros ni de Rinko Kikuchi en Babel). También es la
película que primero vi de la trilogía y por ello me creó grandes
expectativas para las otras dos, las cuales se cumplieron sólo en
parte.
Para aquellos que no hayan visto 21 Gramos, y antes de entrar en
spoilers, aquí planteo como puedo una breve sinopsis (es
difícil determinar qué contar y qué no por el especial formato de
la película):
Los tres personajes son Christina (Naomi Watts), casada y madre de
dos hijas, cuya vida cambia dramáticamente en cuestión de minutos,
Paul (Sean Penn), profesor de universidad enfermo del corazón, quien
aguanta esperanzado hasta poder tener un trasplante mientras la
relación con su mujer (Charlotte Gainsbourg) se tambalea ante
constantes discusiones, y Jack (Benicio del Toro), un ex convicto con
mujer e hijos que espera, refugiándose en la religión, poder ahora
encaminar mejor su vida.
(Ahora continúo para aquellos que ya hayan visto esta magnífica
película. No recomiendo a los demás seguir leyéndolo, ya que la
película, aunque no tenga una resolución de la situación
especialmente fuera de lo normal, pierde mucho si se conocen de
antemano demasiados detalles.)
Como
ya he dicho, cada uno de los personajes tiene una fuerza y un
desarrollo increíble.
-
Por una parte Christina, ante lo increíblemente terrible que le
ocurre, pasa por todas las fases por las que puede pasar una persona
en su situación; tristeza, depresión, odio, etc. Además, ante su
pérdida recurre de nuevo a las drogas, y aunque se nos muestra cómo
'sigue con si vida' podemos apreciar totalmente cómo lo hace de una
manera vacía. Esto lo experimentamos a través de la simple
actuación de la actriz sin que haya ninguna necesidad de explicación
mediante diálogos ni descripciones.
-
Paul también nos muestra actitudes naturales en alguien en su
posición. No tiene la mejor relación con su esposa, relación que
no va a mejorar en ningún momento de la película. Tras recibir el
trasplante irá a hacer todo lo posible por contactar con su donante
o familiares. Esta es la forma en la que contacta con Christina, ya
que su marido e hijas han fallecido atropellados por un coche, el
cual se ha dado a la fuga, y ha sido el corazón de su marido el que
ha recibido Paul.
Yo,
tras ver la película varias veces, intento entender a este
personaje. A mi entender es un hombre que ha perdido bastante la
motivación en la vida, sobre todo por su mujer ya que por lo que
vemos no llegan nunca a entenderse además de el hecho de que a pesar
de al fin recibir un nuevo corazón este será rechazado por su
cuerpo, y que, de alguna manera, recupera dicha motivación al
conocer a Christina.
Esta
puesta en contacto de los dos personajes desemboca en una extraña
relación, ya que no sabemos si estamos viendo amor, apoyo o
desesperación entre ellos dos. En ningún momento es esta una
relación feliz, ya que a pesar de 'estar juntos' ella no puede ni
quiere olvidar al hombre que mató a su familia. Este sentimiento de
odio y desesperación no se nos muestra como ha sido lo clásico en
las películas, con un personaje que repentinamente se vuelve fuerte
y va a buscar venganza para sus seres queridos, sino que es una mujer
rota de dolor (quizá para siempre) y que se refugia tanto en el odio
como en otros sentimientos, arrastrando a Paul con ella.
-
Por último tenemos a Jack, el mejor de los personajes en mi opinión.
No significa esto que sufra más, pero sí que es un sufrimiento
distinto, el de impotencia y culpabilidad. Ha sido un error, un error
humano, el que le ha hecho atropellar a la familia. Si ya para
cualquiera cometer aquello debe ser terrible de afrontar, para una
persona que acaba de salir de la cárcel determinado a hacerlo mejor,
una persona que debe recurrir a Dios para vivir mejor, una persona
que no tiene la mejor situación para su familia ni para si mismo, y
que no ha recibido la mejor educación ni vive en el mejor ambiente,
superar eso es casi imposible.
Él
es un hombre que ha llevado hasta ese momento una vida delictiva y
que ahora tras salir de la cárcel se propone cambiar su vida y la de
su familia, para mejor. La vía para hacerlo va a ser recurrir a la
religión (va a misa y da charlas sobre moralidad a chicos jóvenes
para que también a ellos les ayude). Con esto nos encontramos con un
hombre que trata de cambiar de esta manera, pero el cual está
igualmente condicionado por su vida hasta ahora y por su educación.
Vemos que viven en un barrio pobre y que al impartir educación y
modales a sus hijos lo hace utilizando la violencia tanto física
como verbal.
Y
es esto lo que nos muestra Benicio del Toro con sus monólogos,
conversaciones y gestos, en una perfecta interpretación por la cual
debería haber recibido mil premios.
El
desenlace final no tiene más misterio, ya que simplemente vemos que,
al intentar Paul y Christina enfrentarse a Jack, ante la falta de
defensa de él, ya que es una persona ahora invadida por la
culpabilidad y por la búsqueda de redención, Paul se dispara a sí
mismo a propósito (sabía que igualmente moriría al no tener un
corazón válido). Esto hace que Christina y Jack se ayuden
mutuamente para tratar de salvar a Paul llevándolo a un hospital.
Paul sobrevive hasta el hospital pero acaba muriendo allí. Este
final va a significar la desaparición de la necesidad que sentía
Christina por desahogarse con Jack, ante la inminente pérdida de
Paul (además su relación ha significado que ella quede embarazada
de él).
No
puedo dejar de comentar la escena final, la de la reflexión de Paul
sobre la vida y el alma, reflexión que da nombre a esta película.
Sus palabras tratan sobre la supuesta pérdida de 21 gramos de peso
en el cuerpo de una persona en el momento de su muerte, gramos que se
refieren a la presencia de un alma en nuestro interior.
Habla sobre ese peso del alma, o más bien, sobre la importancia de nuestros actos y nuestras vidas en las de los demás.
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